lunes, 31 de agosto de 2009

Todo el tiempo estamos entre el sí y el no. Elegir entre sí y no tal vez sea la decisión más difícil de tomar. Hay veces en que la diferencia entre decir sí o decir no puede ser determinante, puede cambiar tu vida para siempre. El no ya lo tengo, dice alguien para darse coraje, porque el no es lo que nos rige. Decimos que no a todo, todo el tiempo. Pero a veces, decimos algunos sí. A veces decimos sí sin medir las consecuencias, y ese sí cambia todo. De una chica rapidita decimos que tiene el sí fácil. ¿Pero no se trata de eso la vida? ¿De decir sí, de avanzar, de vivir? El sí nos compromete, y nos desnuda. El sí expone nuestros deseos. El sí señala que algo nos falta. Una vez más estamos ante esa decisión. Que todo siga siendo no, o animarse al sí y zambullirnos en la vida. Esa vida que vivimos deteniendo todo el tiempo con el no.



Antes no sabía lo que era el amor, y ahora no puedo vivir sin él. Si uno sabe la que se viene y la puede evitar, mejor ¿no? Si sabes de antemano que el bondi al que te subiste va a chocar ¿te subís? Si sabes que se viene un huracán ¿no te escondes veinte metros bajo tierra para evitarlo? Cuando uno ve venir el quilombo tiene dos alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse de un round que uno ya sabe desde antes que va a perder por knock out. Si sabes que te van a atacar mejor atacar antes. El que pega primero pega dos veces. Si ves venir la piña, mejor anticiparse. Si sabes que te quieren meter en cana ¿No es mejor escapar? ¿No dicen que si rajas servís para otra guerra? Si sabes que te van a cortar el rostro, mejor ni tirarse a la pileta. Si sabes que te van a decir que no, ¿para qué preguntar? Pero ¿y si te equivocas y te retiras de la cancha pero tenías muchas chances para ganar? ¿Y si atacas antes de que te ataquen pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si te escapas de gusto porque nadie te iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si vos decís que no antes de que te corten el rostro pero en realidad el otro quería decir si? ¿Y si dejas antes de que te dejen para no sufrir? Y resulta que no te iban a dejar. Cuando me la veo venir, cuando siento que se viene la guillotina, yo no soy de las que pone la cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. Pero es tan grande el dolor cuando te dejan que mejor dejar antes de ser dejado.



Antes era distinto, era todo liso, la cancha no estaba tan embarrada como ahora. Antes se podía confiar en la gente. Antes hasta se podía soñar con hacer un gol desde media cancha. Ahora las cosas están fuleras ¿quien no quiere volver al pasado? Antes las cosas estaban tan bien. Para los amantes del pasado acá tienen un programa retro “Retro hits”. Las cosas que quería hacer, mis sueños, todo lo tengo en el pasado, acá en el futuro estoy perdido. Todas mi anécdotas, mis historias buenas y malas están en el pasado, acá soy un don nadie. Yo nunca fui así de ponerme triste pero ahora no puedo dejar de pensar en el pasado, todas las cosas que quería y no fueron. El pasado es un lugar conocido, es como volver a casa, el futuro está lleno de preguntas y dudas. El pasado te pega mal, pero uno siempre quiere volver, por algo será. Yo sé que no hay que vivir colgado del pasado, pero a nosotros nos canutaron del pasado, yo tenía todo y del golpe nada. Si, para ustedes que sueñan con revivir algo del pasado y necesitan sentir que nada cambio y el presente nos diga lo contrario, y ojo no aflojen porque el pasado está, es nuestro y nadie va a borrar nuestros recuerdos.



viernes, 28 de agosto de 2009

Cuando estuviste tan cerca de alguien que parecían uno, pensar en la separación es absurdo. Lo ves tan lejos... Hay distancias imposibles de acercar. Dos personas están cerca cuando comparten sueños, proyectos, pero cuando sólo quedan recuerdos, es que están muy lejos. Algunos aman sólo a la distancia y no pueden soportar la intimidad. ¿Será que el amor se encuentra en algún punto, entre lejos y cerca? Tiempo y distancia en el amor son lo mismo. Una pareja está bien cuando aún estando a miles de kilómetros, siguen cerca, y una pareja está terminada cuando, aún estando al lado, se sienten a miles de kilómetros de distancia. La distancia distorsiona, crea una ilusión. Pero de cerca se ve el detalle, lo real. A la distancia, hay recuerdos, y uno recuerda el eco feliz de lo que fue. De cerca se ven las imperfecciones. Se puede aprender a estar cerca de alguien; se aprende a soportar el dolor de estar lejos. Pero es imposible estar, a la vez, tan cerca y tan lejos.

jueves, 27 de agosto de 2009

Tan lejos, tan cerca. El mundo tal como lo conocimos en nuestra niñez quedó muy lejos, a miles de kilómetros y años de distancia. Hace veinte años, sentíamos que el mundo iba hacia la destrucción, pero lo veíamos como algo lejano. Tan convencidos estábamos que no vimos que en realidad la destrucción estaba muy cerca. Veíamos esa catástrofe sintiendo que era algo lejano que nunca llegaría, y estaba tan cerca. Hoy vivimos en un mundo de desastres climáticos, de sequías y hambruna. De falta de agua y alimentos. Las guerras ya no son entre países, sino entre incluidos y excluidos. Y creemos que el cambio, y la paz, y la salvación del mundo, están lejos. Pero la paz está mucho más cerca.